Las Píldoras de la juventud ( Artículo publicado en la revista kena no: 105) sobre las píldoras para la menopausia y las anticonceptivas

 


 Las fastidiosas y a veces graves molestias que trae consigo la menopausia y que ya citamos en un artículo anterior, han sido analizadas y estudiadas como una " enfermedad de deficiencia", por lo que la ciencia médica está tratando de darles alivio mediante la administración de preparaciones que incluyen las hormonas faltantes en este periodo de la vida de la mujer.

Estas preparaciones han tomado el nombre de "píldoras de la juventud" y fueron introducidas en la terapia ginecológica por el doctor Davis, el primero en administrarlas a mujeres con menopausia precoz a causa de infecciones de origen quirúrgico y el doctor Wilson, quien extendió su administración a todas las pacientes llegadas a la edad crítica.

 Una experiencia de más de diez años, realizada en millares de pacientes, ha permitido  a estos médicos afirmar la inocuidad de las píldoras - que no producen cáncer, como muchas personas temen -y su eficacia para prevenir las principales molestias y deformaciones  de la menopausia. Eliminan los bochornos y la inquietud, mantienen la piel suave y más resistente al deterioro de los años,  evitan la osteoporosis - fragilidad de los huesos- reducen los riesgos de diversas enfermedades vasculares, impiden la atrofia de los genitales externos y consienten la continuación de una vida más acuerdo con las energías e intereses de la juventud. Y muchos médicos consideran que esas píldoras reducen, en lugar de aumentar, el peligro de los tumores.

Estas píldoras contienen hormonas estrogénicas o sea las que producen los ovarios en la primera mitad del ciclo menstrual. En un tiempo se usaron píldoras con mezclas de hormonas estrógenos de procedencia animal. Hoy se considera más útil emplear las sintéticas (estilbestrol o ditelbestrol  en dosis de 0.5 mg. diarios). Pero sólo puede prescribirlas un ginecólogo y queda formalmente prohibida la auto prescripción.

Algunos ginecológicos aconsejan asociar los estrógenos  a la hormona progesterona que refuerza la acción feminizante y rejuvenecedora de las primeras, inclusive, una reducida cantidad de hormona masculina (testosterona), la cual estimula y propicia la acción antiosteoporósica.

 Según los datos obtenidos en el curso de 1966, las píldoras de la juventud han superado la prueba de fuego. Las píldoras de una sola hormona (estrógeno) determinaron en las mujeres que las tomaron un numero veinte veces inferior de tumoraciones al de la población femenina no tratada por este método. Ahora van adquiriendo auge las píldoras con tres hormonas (dos femeninas y una masculina), porque han demostrado su eficacia en la restauración de la salud fisiológica. Se predice que en lo futuro las píldoras constaran de cuatro hormonas ( se les incluirá cortisona) más un antidiabético oral.

La discutida píldora de Pincus

La historia de las píldoras anticonceptivas hormónicas se inició en este siglo.

Las anti fecundantes masculinos todavía están en fase de estudio. La bidicloroacetil- diamina se ha experimentado durante dos años, en veintitrés voluntarios, en quienes se demostró un descenso en el número de los espermatozoides y, por consiguiente, infertilidad. Otro medicamento que provoca la infertilidad masculina es la hormona medrosi-progesterona, de la cual se cree que actúa más o menos como la píldora Pincus en la mujer.

Gregory Pincus partió de la idea de intervenir el ciclo menstrual para eliminar los tres o cuatro días al mes en que la mujer es fértil. Normalmente, la mujer atraviesa por este estado cuando la glándula hipófisis cesa de producir gonadotropina A (la hormona folículo-estimulante) y, en consecuencia, el ovario libera un ovulo, que entra en las trompas uterinas. Aquí, el ovulo sobrevive solo un día, pero ya que los espermatozoides sobreviven tres, se considera que la mujer es fértil durante cuatro días.

En un  principio, Pincus suministro todos los días una píldora de hormona progesterona, la producida por el ovario en la segunda mitad del ciclo menstrual. esta hormona tiene la capacidad de impedir el cese de la producción de gonadotropina y, en consecuencia, la liberación del ovulo.

Un primer experimento con setecientos sesenta y cuatro mujeres resulto positivo excepto en un caso. Más tarde, Pincus pensó en asociar la progesterona con una pequeña cantidad de estrógeno. Esta mezcla es la que forma la actual píldora de Pincus, la cual debe tomarse todos los días, veintiún veces por mes, a partir del quinto día después de la menstruación. La píldora entro en circulación en 1960 y ha provocado muchas polémicas, tanto de carácter científico como moral y religioso.

En respuesta a la objecion de que las pildoras alteran el ciclo menstrual, Pincus demostro que, al contrario, lo regularizan. A la acusacion de que provocan cancer, Pincus replico presentando casos de mujeres que, al usar las pildoras, advirtieron la desaparicion de quistes mamarios e hiperplasias uterinas, condiciones ambas que favorecen el cancer. En este caso, las pildoras serían preventivas  de los tumores. Las molestias que pueden causar y que todavia no han sido eliminadas por completo son: lesiones hepaticas, debidas a la progesterona; un leve aumento de la presion arterial y trombosis vascular. Esta ultima es el trastorno 





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